El núcleo antiguo se encuentra ubicado en la ladera del castillo y el caserío está perfectamente integrado con el paisaje. En el siglo XV la población se ubicó en el llano, con calles anchas y largas, siguiendo el Camino Real, y otras de menor longitud que convergen hacia la iglesia.
Su caserío es uno de los más interesantes de la provincia. Destacan ejemplos que conservan elementos mudéjares, góticos y un numerosos grupo realizado en el siglo XIX y principios del XX, en los que aparecen detalles eclécticos, neogóticos o neomudéjares.
La población, siguiendo un proceso arcaico, se asienta tanto en el núcleo urbano y en una gran cantidad de aldeas y caseríos diseminados por el término municipal. Destacan las aldeas de El Patrás, Calabazares , Los Molares y Veredas. También hay que destacar algunas otras edificaciones como las ermitas de la Trinidad (6), en la plaza del Ayuntamiento, la del Señor, o la de San Sebastián. Otras edificaciones como la antigua tenería a las afueras y la Fuente del Concejo del siglo XVIII.
Es muy interesante su ciclo festivo en el que destacan el culto y romería de Santa Eulalia y la celebración de las cruces de mayo, de gran interés ambas.