Esta ermita está relacionada con el culto a Santa Eulalia, muy extendido en la Sierra de Huelva. Se halla en un lugar, a unos 20 Km. del núcleo principal. Está encuadrada en el ámbito de las iglesias de arcos transversales de la Sierra en la Baja Edad Media. El acceso se realiza a través de un porche, rematado por una espadaña.
El interior se define por tres ámbitos rectangulares entre arcos apuntados, al ábside, de planta cuadrangular y que constituía un mausoleo turriforme romano. Se accede a través de un arco triunfal, también apuntado y se cubre con bóveda de crucería ojival de nervios diagonales en ladrillo, que se cruzan en una clave central.
En los testeros del ábside aparece una serie de pinturas murales de fines del siglo XV o comienzos del XVI. Se trata de representaciones de Santa Eulalia y Santa Julita, en el testero frontal, con San Jorge, Santa Leocadia, la Virgen con el Niño y San Miguel. En el testero de la izquierda se representan escenas medievales y la figura de San Vicente con dos orantes a sus pies. En el testero de la derecha tenemos una escena de batalla con Santiago en un lado, y en el otro San Sebastián, ataviado de arco y aljaba, con dos orantes.